jueves, 7 de noviembre de 2019

EN BUSCA DE LA TRANQUILIDAD


EN BUSCA DE LA TRANQUILIDAD

Encontrar por fin la tranquilidad deseada desde tanto tiempo y darse cuenta que pese a los malestares, ha valido la pena. Explicarlo ahora es toda una liberación.

Nacer con compañía fue lo primero. Mi hermano nació y minutos más tarde, salí yo. Los bebés más bonitos del mundo según mis padres.

Compartir juguetes, ropas y carantoñas. Yo era un niño muy tranquilo que me entretenía con un libro de colorear o haciendo una gran obra de arte con lentejas y mucha imaginación. En cambio mi hermano era un terremoto. Corría por toda la habitación como si se acabara el mundo y mi madre con el botiquín en la mano para curar los golpes y algún arañazo. Le acabó comprando un casco. Para que por lo menos su cabeza dejara de estamparse contra la pared.

Llegar a la universidad y los pisos compartidos. Tener un compañero que solo tienes ganas de que se vaya, aunque en el fondo sabes que es una buena persona; a pesar de que le encante esconder el papel higiénico y pedirme ropa porque dice no tener. Trayendo sus ligues cada fin de semana para hacer una sesión de karaoke con aquellas canciones que no soportas escuchar. Y tú, mientras, huyes buscando calma visitando la biblioteca de la facultad.

Estar cerca de los 50 años y seguir compartiendo piso porque no te llega la nómina ni para pagar el alquiler. Tener a gente de 20 años conviviendo contigo que solo tiene ganas de fiesta y desenfreno.  Y tú acabas convirtiéndote en el compañero que no sale de la habitación por miedo de lo que puedas encontrar.

Encontrar un trabajo que cambia tu vida. Tener lo que más deseas: tranquilidad y paz en un mundo rural.

Hoy soy feliz, la calma por fin está en mi vida. Que bien huele el campo por la mañana.

Un hombre de unos 50 años mientras se encontraba dando una vuelta.
Fue alcanzado por un rayo que acabó con su vida de inmediato. Se quejaba de que no tenía tranquilidad, pero no lucho por cambiar su situación. Resignado y quejandose de todo ,el rayo fue una revelación divina.

Escrito por Sandra Barrachina


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