Relatos,críticas y muchas sonrisas. Un trocito de vida.

miércoles, 28 de abril de 2021

¿VIDENTE DÍGAME? SIN TENER IDEA

 










Levantarse por la mañana y mirar si hay alguna oferta de empleo, te llevas las manos a la cabeza porque no encuentras nada que te convenza. Siempre acabas clicando en la oferta que menos te gusta, que da la casualidad esperas que no te llamen, pero lo hacen. Te levantas sin ganas de arreglarte, por qué lo único que te gustaría es tirarte en la cama y no hacer absolutamente nada, que no te molesten que estas meditando. Apareces en la entrevista con una sonrisa encantadora, y sueltas un discurso perfecto que hasta el entrevistador te felicita, consigues el trabajo. 

Al día siguiente el despertador se encarga de recordarte de dejarte sordo a las cinco de la mañana. Te duchas con agua tibia con miedo de quedarte dormido. Sin darte cuenta, el tiempo ha pasado volando y tienes que salir espetado hacia la puerta, dándote cuenta que llevas un calcetín de cada color y unos pelos que espantarían a tu madre. Llegas al trabajo con el casco de moto puesto y bien ajustado en la cabeza. Olvídate de quitártelo, porque amigo mío eres pizzero y motorizado. Irás por la ciudad haciendo felices a los que le han entrado hambre pero no tienen ganas de cocinar. Te dolerá todo el cuerpo y al llegar a casa ni tendrás ganas de ponerte el pijama y menos aún cenar. Eres tan despistado que ni el casco te has quitado para dormir. No entiendes porque te pesa tanto la cabeza y la gravedad se encarga de hacerte caer al suelo y darte cuenta que debes quitártelo si no quieres morir asfixiado .Al hacerlo tu cuello está tieso solo con girarlo, cruje tanto que sólo puedes mirar hacia una dirección. Se acabó eso de mirar hacia la derecha o la izquierda,     del dolor que sientes ,solo conseguirás ver las estrellas y algún que otro planeta.

Durarás tan poco en el nuevo trabajo que al mes de contratarte ya tendrás que plantearte cambiar de aires, y no será mucho mejor porque el siguiente será en una empresa de mensajería. Repartiendo paquetes todo el día. La moto otra vez con ganas de que le de unas vacaciones. Mi casco se ha convertido en una parte más de mi cuerpo. Me he acostumbrado tanto a él, que hasta en la oficina me lo dejo puesto. Atiendo a los clientes que vienen felices a por sus paquetes y acaban con cara de no entender nada y medio traumatizados con la experiencia. 

Han comenzado a llamarme la hormiga atómica. Un personaje de dibujos animados que tenía un casco y unas buenas antenas. Si lo sé no me hubiera apuntado al gimnasio. 
Como todos los trabajos son tan poco duraderos, al final no me renovaron el contrato. Estoy preocupado, porque parece que esta vez me va costar lo suyo conseguir uno nuevo. Por la situación, tuve que vender la moto y el casco que tanto me había acompañado.
 
Un día vi un anuncio de lo más peculiar. “ Videntes para predicciones, dinero y riqueza, tiene experiencia previa con las lecturas del tarot” en un principio pensé que se trataba de una broma, luego estuve pensando que con la labia que tengo sería un trabajo perfecto para mi, si lo único que tengo que hacer es mentir, y decirles lo que quieren escuchar. Hay tantos videos dedicados a leer las cartas que uno se convierte en un experto al poco tiempo. 

La entrevista fue demasiado fácil para mi, fue tan surrealista que todavía me estoy riendo por dentro cada vez que lo pienso. A los pocos días ya estaba atendiendo a los primeros clientes. 
La mayoría que llama es por mal de amores. Están los que piensan que su pareja les engaña. Provocando que salga mi lado peliculero. Les relato una buena historia repleta de conspiraciones y hago que se pongan en modo espía. Enseguida encuentran a esa persona que piensan que les ha traicionado. Días más tarde vuelven a llamar diciendo que se han equivocado. Que le vuelva a tirar las cartas del tarot a ver lo que dicen. Les vuelvo a contar la misma historia pero con toque de telenovela, y vuelven a encontrar una nueva víctima. Vuelven unas cuantas veces más con el mismo resultado, hasta que me cuentan que se han cansado y que se han buscado un amante. La gente está muy aburrida. 

Otros en cambio vienen en busca de encontrar la suerte o que se creen que les han echado un mal de ojo, con decirles que se compren un par de cuarzos blancos y que los mojen en agua con sal cuando haya luna llena, tema solucionado. La luna brillante que lo cura todo. 


Los enamoradizos. Los que en toda la llamada no paran de decir “ me querrá fulanito/a” “ cómo consigo que se fije en mí”, yo les diría… acércate y les sueltas un hola, que no es tan complicado. Como soy vidente les acabo haciendo un discurso muy largo, que les entra hasta sueño, acudo a los arcanos mayores, esas cartas que según cual te salga te pone los pelos de punta. Que si el loco, la muerte, la fortuna. Se quedan tan embobados que dejan de preguntar.


Sin tener idea de nada. Eso de la videncia, ¿ se nace o se hace? Tener una bola de cristal y pretender ver el futuro. Soltar unos cuantos gritos al techo con la intención de coger una energía que provoque un ataque epiléptico instantáneo. Un poco de efectos especiales, humo y efectos sonoros raros acompañados de una gran revelación que descoloca al cliente.

Cuando comencé solo era contestar unas cuantas llamadas, pero después de un mes parece una obra de teatro barata. Videos en directo donde tienes que sacar todo tu arsenal de labia y desparpajo. Te conviertes en un actor que tiene que aprender a improvisar, con tantas personalidades que llega un momento que no sabes ni quien eres. Quemas tanto incienso que acabas desmayado y recitando en arameo. Los clientes ,la mayoría son aquellas personas que creen en los horóscopos y que piensan que alguien les persigue, son tan inseguras que hasta para estornudar tienen que pedir permiso. Los que me dan tristeza son aquellas que se sienten solas y que llaman para sentirse acompañadas. En esos casos siempre les intento animar a que conozcan gente y se relacionen. 

Lo que no olvido es cuando acerté una de las predicciones. Quien iba imaginar que cuando solté a un cliente unos cuantos números al azar resultaron premiados en la lotería. El afortunado disfrutó del dinero mientras que yo no paraba de recibir llamadas para que les dijera el próximo número que iba a tocar. Por supuesto nunca más sucedió.
Tengo tantas llamadas que hasta se me han quitado las ganas de hablar. Era mucho más feliz cuando solo tenía que inventarme cualquier cuento sin sentido. Ponerme en modo dramático y pasarlo bien haciéndolo. Ahora es todo lo contrario solo escuchar y luego soltar algunas frases trascendentales. 
Esto último me hizo plantearme cambiar de trabajo. Estoy cansado de la vida de vidente-tarotista. Creo haber encontrado mi verdadera profesión.

¿En qué profesión solamente tienes que escuchar a tu cliente y ganarse un buen jornal? 
¿Ponerte a filosofar y encontrar el sentido de la vida?¿ De alguna manera animar a esa persona a que se enfrente con sus miedos y que los supere? ¿A leer los sueños e interpretarlos? 
Con la videncia había aprendido a improvisar a sacar mi lado más teatrero, ahora tocaba abandonar este mundo y abrir los brazos a mi nueva profesión. Hacer lo mismo que estaba haciendo hasta ahora pero darle un toque más profesional. Vestiré muchísimo mejor, dejaré de lado las túnicas horteras dando paso a unos trajes que me quedarán de cine. Por fin, tendré una buena iluminación, una lámpara que iluminará en condiciones mi sala, no estará rodeada de tanta vela aromatizada con miedo de provocar un incendio. Lo tuve claro, me voy a hacer psicólogo.

Escrito por Sandra Barrachina 







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domingo, 25 de abril de 2021

1- LA MIRONA TELEVISIVA ANIMALES

 











En la televisión actual hay tanta variedad de series y películas que elegir que llega un momento que nuestro cerebro se siente colapsado. Pasarte media hora de tu vida mirando el catálogo a la hora de elegir que ver. Antes era impensable, por que el número de canales era tan insignificante que solo tenías que dedicar un par de segundos para encontrar que serie disfrutar. Algunas veces tenías que conformarte con lo que daban o tener una segunda opción, ir al videoclub más cercano y alquilar el último estreno. También era curioso, teníamos una paciencia enorme a la hora de ver un nuevo capítulo de nuestra serie favorita. Esperábamos meses si hacia falta y no teníamos miedo a los Spoliers, a no ser que compraras la revista TP (Todo Programa) o la Teleindiscreta.  Era otra manera de ver la televisión, muy diferente a lo que es ahora ver una temporada de una serie, solo te lleva pasarte un día entero pegado en la pantalla de televisión para verla completa.

Este mes he ido viendo series y películas que voy a compartir mi opinión.  No tienen porque ser actuales, quizá alguna vez siga la tendencia de escribir sobre el último estreno que todo el mundo esta hablando, pero no voy a seguir un orden. Ni voy a hacer spoliers para así quien no lo haya visto pueda disfrutar con la experiencia. 

En esta primera entrega de “La mirona televisiva” la he titulado, Animales porque las series y películas que voy a comentar, los animales tienen importancia. Tienen una simbología que afecta a los personajes de alguna manera o otra.

Comenzamos con una recomendación que me hizo una amiga. No la conocía para nada la película, pero en cuanto me hablo de ella me pico la curiosidad de visionarla a las pocas horas. Se llama “La langosta ( The Lobster) de Yoteos Lanthimos. La interpretan Colin Farrel, que la verdad no es un actor, que me haya entusiasmado nunca pero que esta vez no hace una mala actuación, Rachel Weisz que siempre esta solvente en sus personajes que ha interpretado. 

Lo primero que te das cuenta en seguida, que el ritmo de la historia será lento, plagado de imágenes que se te irán quedando fijas en tu memoria después del visionado completo de la película. Te hace pensar mucho sobre lo que somos lo seres humanos, y de saber valorar lo que tenemos, que siempre queremos tener mas, en este caso pretender encontrar la persona perfecta para nosotros, obligarnos a no mantenernos solteros, solo porque unas reglas dicen que tienen que ser así.  La espontaneidad humana desaparece por completo. Lo que presenciamos no es real, todo es surrealista e inesperado para el espectador. En la primera parte de la película juega mucho con el sarcasmo y en donde pone a los personajes al límite. EL propio hotel donde se desarrolla la acción es un personaje más, todo el personal es cómplice de la paranoia montada, con el propósito de que los personajes encuentren pareja o literalmente si superan el plazo establecido se irán al otro barrio, eso si con la posibilidad de reencarnarse en un animal. De ahí el animal en esta historia el personaje de Colin Farrel, la langosta es el personaje elegido viven mucho tiempo y son sexualmente activos toda la vida.  No es una película para todos los públicos, hay que tener la mente muy abierta. Estar atenta en los detalles que nos van revelando y luego hacer tu interpretación, es de aquellos filmes que gana mucho mas con un par de visionados, por que vas descubriendo detalles que se te han podido haber escapado.  

Tiene un humor negrísimo y es sorprendente que el tema central es la búsqueda de pareja, cuando en pleno 2015 todavía no había aplicaciones de citas, que precisamente hacen exactamente lo mismo que en este guion, seleccionar a una posible pareja por sus gustos personales y dejar a un lado las emociones y las sensaciones que podamos tener por esa persona que acabamos de conocer. Fiarnos más de una aplicación que de nuestras sensaciones humanas. Nos da miedo no tener nada en común con tu cita,algo que es palpable en el personaje de Colin, que le llevan a tomar decisiones de lo más drásticas.  

Una película recomendable para quemar unas cuantas neuronas.  Deja un final abierto dejando que cada cual elija el suyo propio. Toda una sorpresa. 

Uno de mis personajes favoritos de todos los tiempos en Clarice Starling.  La agente del FBI interpretado por Jodie Foster. Por ese motivo , me alegre que hicieran una serie sobre este personaje. Corderos, polillas y unos nuevos asesinatos. 

“Clarice” continua con los acontecimientos de la película El silencio de los corderos. La serie ha cogido la ambientación de la película de los noventa. La actriz Rebecca Breeds es lo mejor de la serie, lo peor el guion, por un motivo claro, que todo lo que cuenta ya lo hemos visto en infinidades de series, y la sensación de dejarte con la rabia de que podía haber sido mucho mejor. La no presencia de Hannibal Lecter, por culpa de tema de derechos del personaje no pueden ni aparecer ni mencionarlo hacen que se centren demasiado en la imagen del asesino Buffalo Bill, que parece que ha dejado muchos traumas a la agente Starling. Tanto en la película como en la novela de Thomas Harris tenían una gran importancia los diálogos, aquí hay un par de escenas que te devuelve a la mejor Starling,pero hay otras que no la reconoces para nada. A Clarice la van rodeando de personajes secundarios que no interesan nada.  Solo llevo vistos 7 episodios y son entretenidos pero no me apasionan. Veremos como acaba la temporada. 

Lo mejor que pueden hacer es alejarse de la estela de la película para poder avanzar. Crear ideas nuevas pero manteniendo la esencia del personaje. No seguir con imágenes sacadas de la película clásica que lo único que provocan en cansar al espectador, un poco vale pero tanto aburre. 

Pasamos a gatos. Después de Big bang theory, me hacía gracia ver que la actriz Mayin Bialik había decidido interpretar y producir una nueva Sitcom. La serie se llama “ Call me Kat” que se desarrolla en una cafetería, en donde te puedes tomar un café mientras acaricias a un lindo gatito. El capítulo piloto te hace algo de gracia, ver como la actriz decide usar la cuarta pared, para saber lo que piensa en todo el momento el personaje.

  En el segundo ves que sigue usando ese recurso y lo más preocupante parece que toda la historia se centra en ella, el resto de actores solo están para reírle las gracias. Pasaban por allí y han decidido soltar alguna frase y poco más. Poco desarrollo, solo los justos.  La crítica no se apiadado de ella y no me extraña. He visto cuatro episodios y no he podido ver mas. Te llega a cansar ver que solo un personaje importa y los demás son un atrezzo mas. Ni la madre, ni los trabajadores del café, ni el supuesto deseo amoroso de la protagonista te llegan a interesar. Mala, sin gracia. 

El último animal no podía faltar el humano. “ The One” quiere ser una “black mirror” pero se queda en una novela amorosa que poco tiene que ver con la ciencia ficción.  La premisa no es mala,una empresa que puede encontrarte a tu pareja perfecta basándose únicamente en sus muestras de ADN , que osados. La búsqueda de tu alma gemela se acaba. Fuera las malas citas. Si tienes pareja déjala que no es la perfecta. 

Que la serie no se centra en el toque tecnológico, no sabemos apenas como han conseguido que les funcione. Que hay una muerte que sabemos en todo momento quien es el culpable de su muerte, Con lo interesante que hubiera sido saber en el último momento quien fue el asesino. No revivir una y otra vez como se produjo. Que la que dirige toda la empresa no tiene ni escrúpulos, es fría como el tempano.  Algo que te sucede viendo la serie, que te quedas helada, porque no te engancha para nada lo que cuenta. Los personajes son poco interesantes, son tan tópicos que no entiendes como sigues viendo el siguiente capítulo. Los líos amorosos y sus consecuencias es lo que importa contar, no hacer una historia inteligente en donde podamos ver muchos más puntos de vista, la ciencia por ejemplo, crear una atmósfera que nos enganche a seguirla. Viendo como acaba la temporada, con un final sin final que no ata ningún cabo, porque lo que hace es previsible y previamente mostrado en cada uno de los episodios. Los personajes no interesan y sus estímulos mucho menos. Demasiado planos para mi gusto personal. Que pena por que la idea no era mala, pero también habiendo visto “ The Lobster” , que hable al principio del texto, que trata el tema parejas de una manera inteligente y creativa, hace que esta serie me decepcione aún más. 


Hasta aquí mi historia con los animales. Encontraré nuevos temas que hablar en mi sección “La mirona televisiva”  Espero con mejor suerte. Seguro que si , hay tanto que ver y disfrutar. Hasta la próxima…. 


Escrito por Sandra Barrachina 


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PRÓXIMO DOMINGO. UNA NUEVA ENTREGA





miércoles, 7 de abril de 2021

NO OLVIDES, SMARTPHONE



Imaginar que durante una buena temporada no pudieras usar aquello que más quieres.  Aquello que no puedes pensar no tener. Olvidarte de aquellos filipinos que te engulles cada tarde y que disfrutas como un enano. El bocadillo de jamón del bueno que no dudas en relamerte con solo pensar en él. Cómo sería la vida para esa gente que no pudiera usar a su compañero del alma, su Smartphone que casi lo consideran uno más de la familia.

La historia que vamos a contar comienza de una manera de lo más tonta. Una reunión entre amigos en un bar,se entretienen haciendo una foto a su jarra de cerveza. Van de artistas, con ganas de que su arte lo disfrute todo el planeta vía Instagram. No deja de ser un objeto de cristal normal y corriente , pero su vena de influencer no pueden evitar marcarse un número surrealista de convertirlo en un momento realmente que mola, como dicen ellos.

La sesión de fotos termina y toca hablar un rato.Han leído un artículo que dice que una empresa pagará 87.000 euros si durante un año no usas el Smartphone.Todos se rieron diciendo que eso es imposible. Algunos, opinaban que no aguantarían ni una semana, otros que solo un par de horas. Pero siempre hay uno que se cree gracioso ,pensando que él podría aguantar el año completo. Qué sucedió a continuación, algo inesperado, apostarse unos cuantos euros de que sería capaz de lograrlo.


Fue muy valiente en pensar que no tendría problema en pasar de su smartphone. La realidad era muy distinta. Si al menos hubiera tenido la sensación alguna vez de no necesitarlo, pero era todo lo contrario. Nació en un mundo tecnológico, donde además de devorar sus biberón, en la otra mano le acompañaba su juguete favorito, su móvil. Cuando su madre le compraba ositos de peluche, no los quería, su amigo con teclas era lo que necesitaba para ser feliz.

Para asegurarse de que no hacía trampa, le confiscaron su móvil. La única comunicación posible era hacerlo con su teléfono fijo,el problema es que no sabía ni donde lo tenía. Cuando lo encontró, después de pasar horas buscándolo, tenía tanto polvo que no dejaba de estornudar. Lo que sí podía usar era su ordenador, algo que le provocó tener que abrir su cuenta de correo. Su cara era de auténtico terror, cuando vio los mensajes que tenía en su bandeja de entrada. En su mente no podía acordarse de cómo se borraban y mucho menos como mandar un email. 

Los primeros días no podía evitar mirarse el bolsillo del pantalón, por lo menos un millón de veces. Sin darse cuenta, esa costumbre se había convertido en un tic pero con la diferencia que ahora no había ningún móvil que tocar. Caminaba por la ciudad y cuando se encontraba un suelo lleno de baldosas con mucho color no podía hacer la foto con el fondo de sus pies.Al final, acababa pidiendo a un desconocido que se la hiciera, lo único que obtenía era miradas que le decían claramente que se marchara si no quería recibir una buena bofetada. Comenzaba a ver que la apuesta no le iba a resultar tan sencillo. 


Los días siguientes seguía teniendo ganas de hacer fotos a todo lo que se moviera. Quedar con sus amigos en un lugar y no encontrar el camino porque ya no llevaba su GPS que le ayudase a encontrar el camino. No atreverse a preguntar a nadie porque le daba vergüenza, decidir volverse para casa todo avergonzado. 

Un gran alivio fueron las videollamadas. Le costó acostumbrarse a ellas, pero le sirvió para no perder el contacto con sus amigos más cercanos y familiares. Comenzó por sesiones cortas pero acabó siendo de horas. Tenía tantas ganas de hablar y comunicarse que le sobraban palabras. Le daban consejos y le animaban a disfrutarlo, que no lo mirara como algo malo. Algo que en ese momento no lo veía posible, porque echaba de menos a su smartphone a todas horas. Dependía tanto de ese aparato que no se lo quitaba de la cabeza. 

Levantarse con el sonido de un ruidoso despertador, no es lo mismo que hacerlo con tu canción favorita. Ir al trabajo rodeado de gente con sus móviles, mientras tienes que conformarte con mirar el móvil de otra persona que te acaba mirando con cara de querer matarte. Buscar pareja y darte cuenta que no sabes donde encontrarla, si no tienes a mano una aplicación de citas. Pedirte el teléfono, alguien que le interesa tener una cita contigo, sentir vergüenza por dar tu número fijo. “Pero eso todavía se usa”, acompañada de una mirada “mejor me largo”. Acabas tomando la última copa solo, con la pista de baile vacía. Cómo vas dando tumbos por el alcohol que llevas encima en el cuerpo, no te acuerdas que no puedes llamar a un taxi para que te lleve a casa, suerte que el dueño del local le ha dado pena y decide llevarle.

La noche acaba con unos sueños donde se imagina usando su precioso smartphone, hablando con él y haciendo fotos sin parar. Cuando se despierta descubre que solo era una ilusión, además de tener un dolor de cabeza que no le abandonará durante todo el día. Menuda resaca lleva encima y su ánimo ahora mismo está por los suelos. 

Está a punto de tirar la toalla. No hacer caso a esta apuesta ridícula. El problema que siempre cumple lo que dice, aunque sea una locura. Cumplirá el año sin su teléfono y lo conseguirá como sea. Cada día que se levanta intenta hacerlo con la mejor actitud. Poco a poco, se ha ido acostumbrando a vivir sin móvil. Ha cambiado su punto de vista a la hora de observar el mundo. Darse cuenta que las personas se han convertido en autómatas , que además no tienen tiempo ni de mirar lo que tienen delante de sus ojos. Prefieren correr el riesgo de darse un cabezazo en la primera farola que encuentran, o morir atropellados por un coche que no han podido esquivarlos. Hasta se han planteado crear un carril, solo para los que andan con el móvil no acaben en el otro barrio. 

No hay comunicación alguna, todo es quedarte embobado en la pantalla de tu smartphone, riendo videos de perritos y de gente que se pega tortazos. 

Todos estos meses ha ido aprendiendo de sí mismo. Ha cambiado como persona, para mejor. Ha descubierto quien realmente son sus verdaderos amigos.  El buen amigo siempre encuentra la manera de no perder el contacto. Se ha centrado en las cosas que importan, algo que antes las dejaba apartadas. Ha reflexionado sobre qué clase de persona quiere convertirse tras la experiencia, tiene miedo de que vuelva a ser aquella que solo podía vivir pendiente de su móvil. Estresado por cada mensaje que no le contestaban o estar atento a las nuevas tendencias. Obsesionarse por sacar fotos a todo lo que le rodea para demostrar que tienes una vida interesante, aunque no sea real. 

Su smartphone volvió a sus manos. Se dice así mismo, que encontrará el equilibrio entre la tecnología y su propia vivencia. No es mala la tecnología, solo que hay que ser responsables a la hora de usarla. Que sea un instrumento para mejorar nuestro día a día, no para depender constantemente de ella. 

La apuesta comenzó como un juego y se acabó convirtiendo en la mejor experiencia de su vida. 


Escrito por Sandra Barrachina