16 de julio, un despertar de aquellos con dolor de cabeza y
espalda. Te has movido tanto por la noche por culpa de un impertinente
mosquito, que tuvo la idea de andar picoteando mi cuerpo serrano. Al final
armada con mi chancla me fui de caza por toda la habitación. Verme dando
golpetazos en paredes y puertas sin ningún resultado. Siempre encontraba la
manera de esquivar mis chanclotazos.
Llegó la mañana y el mosquito se había esfumado. Me había
abandonado llevándose un poco de mi Adn caducado.
Mis ánimos como os podéis imaginar no estaban por las nubes,
más bien porque mi cuerpo daba tumbos sin parar de izquierda a derecha apunto
de desplomarse de lleno al suelo en cualquier momento. Mi sueño podía con mi
cuerpo y la cabeza me pesaba más de lo normal. La gravedad se había ido de vacaciones y se había olvidado de
mí.
No tenía ningún plan para ese día, pero tras una ducha
reparadora, me entraron ganas de llenar un poco el estomago. Me sonaban tanto las tripas que creo que podrían
cantar hasta una canción desafinada.
Fueron pasando las horas y mi aburrimiento fue en aumento.
Tenia que hacer algo. Mis neuronas se estaban agotando. Ya no era capaz de sumar 2 + 2. No
sabía el resultado. Que me estaba pasando.
Ideé un plan infalible para recuperar la cordura de mi
mente. Tenía que presenciar algo extraordinario para reactivarla.
¿ Dónde encontraría esa poción mágica? ¿ Dónde buscar?
Mirando el telediario encontré la solución.
“Hoy hace 50 años que el hombre piso la Luna y durante unos
días en los cines habrá un documental con imágenes nunca vistas de su
viaje”
¡Que extraordinario! ¡Que gran proeza! Es perfecto para
recuperar mi cordura. Un viaje a la Luna. Me siento como Julio Verne o George
Méliès apunto de coger un cohete y despegar a los desconocido.
No tenía un cohete pero si un cine. La elección fue
arriesgada. No lo voy a negar. Ir a un centro comercial con cine es
impredecible. El problema que a tu alrededor hay tiendas por doquier. Te están
llamando sin cesar , “ Entra a comprar… Entra a comprar…” es espeluznante.
Llegar y casi cerrar los ojos para centrarte en tu verdadero camino.
Llegar a la puerta del cine y darse cuenta que no hay nadie
a tu alrededor. ¡oh Dios mío!
No hay taquillas. Compras las entradas donde hacen las
palomitas. Que sacrilegio. Mis ojos no han visto algo tan horrible. Y no solo
eso. Venden muñecos reducidos de plástico muy monos que quieres que los
compres. ¡Socorrooooooo!
-Déme solo una entrada para ver Apolo 11
-Sabe que la película es en versión original con subtítulos.
-pues claro.
Cojo mi entrada y voy galopando a la sala 1.
La sala era pequeña, pero con una pantalla grandota. Los
asientos tenían como restos de algo parecido a polvo lunar. Supongo que era
para adornar la sesión. Me atreví a tocar una de ellas estaba esponjosa.
¡Coño, palomitas!
Los asientos tenía esa caspa repleta de la anterior sesión.
Saque mi mano espanta palomitas y le di dos guantazos al asiento. Se fueron
rápidas.
Me dije antes de que empiece la película voy al servicio. Mi
sorpresa fue que estaban chapados. Una cinta roja impedía el paso. A ver
señores que si me da un apretón ¿donde hecho mi kinder sorpresa? ¿en la platea
del cine o en el centro comercial?.
Que hice pues, volverme a la sala y rezar para que no tuviera ninguna
fuga inesperada.
Estaba a punto de comenzar la película. De repente un padre
y su hijo se sentaron a mi lado. Al principio pensé. “ Que mono lleva a su hijo
para que aprenda algo de ciencia” Cuanto terminó la sesión fue más bien. Déjame
ahora mismo un cohete y os mando directamente a la Luna por pesados. Si quieres
explicarle toda la película a tu hijo hazlo en tu casa.
Eran italianos ya os podéis imaginar lo que armaron. El
pobre chavalito , que no debía tener ni10 años no paraba de preguntar a su papa.
Normal si el pobre no entendía ni el inglés ni los subtítulos que va a hacer la
pobre criatura.
Al principio eres tolerante pero ya llega un momento que se
sale de madre. El momento sifón llegó y el silencio volvió, por poco rato. Fue
entonces cuando otra gente se me unió y el concierto sifonero funcionó. Se
callaron y no volvieron a abrir la boca hasta el final de la sesión.
A parte de esas interrupciones vocales-musicales. El
documental es maravilloso.
Si esperas ver entrevistas o critiqueo espérate sentado. Se
centra en viaje de los astronautas hasta la Luna. El espectador se convierte en uno más de la expedición.
Solo falta uno de esos trajes espaciales porque todo lo
demás es como vivir en primera persona el viaje.
Un montaje de imágenes perfecto mezclado con una música y
grabaciones de la época.
Que calidad de imágenes. Creo que grabaron en 70 mm . Eso si
que es anchura de negativo. Te hace vivir momentos muy mágicos e emocionantes.
Los ojos se te llenan de una emoción enorme. Ves todo el
proceso del viaje. En todo momento se explica como se hizo. Sobretodo te hace
pensar en aquellas personas que aún piensan que fue falso.
El primer momento emocionante es cuando despega el Saturn V.
Lo ves desde el punto de vista del cohete. Ves la fuerza enorme para impulsar
la salida al espacio exterior. Una energía que te transporta- Esos gases, la
mezcla de nitrógeno y oxigeno que la reacción parece salida del mismo infierno.
El otro momento es cuando aterrizan en la luna. Te das
cuenta de que no fue nada fácil. Pero lo lograron. Mezclan fotografías con videos con el fondo de las voces de
los protagonistas ,que te transportan en ese momento tan extraordinario.
Luego vemos el regreso a la Tierra.
Se pueden hacer miles de comentarios sobre el
acontecimiento. Tener la oportunidad de ver una película que trata el tema con
tanto cariño. Cada plano. Secuencias entremezclando varias pantallas que se me
iluminaban los ojos de ilusión al contemplarlas.
Las grabaciones de la época. Es como si tuviéramos una
máquina del tiempo y nos hubiéramos trasladado a 1969 a vivir esa experiencia.
La hora y media que dura es una joya de la cinematografía.
Es cine en estado puro. Sobretodo orgullosa de que lo que la hace increíble es
la labor del director/montador
Todd Miller.
Mi mente se había reactivado. ¡Y de que manera!
Al salir de la sala, mi cara parecía salida de otro planeta.
El centro comercial lo dejé bien pronto atrás y me fui rumbo a casa. Aunque
algo en mí había cambiado.
Mi sorpresa fue que al mirar la hermosa luna estaba algo
cambiada también. Parecía como que una parte se la hubiera comido un ratón.
Sólo se trataba de un eclipse de luna.
Algo que me hizo salir de mi rostro una amplia sonrisa .Tenía
un color anaranjado y incluso podías creer alcanzarla con el brazo.
Pensaba si acabo de estar en ella y que hermosa es. Eres
dura y blanca, aunque según la luz puedes volverte algo marrón claro. Tu tierra parece sacada de un pote de
polvos de talco de lo fina que es. Llena de granos. Tanto cráter, menuda diana
de asteroides estas hecha.
Y no te preocupes que dentro de nada tendrás más visitas. No
solo drones o sondas que van pululando por tu horizonte.
Aunque en luna llena me vuelvas medio loca nunca dejaré de
mirarte embodada en busca de respuestas. Nuevos sueños y lo que surja.
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