sábado, 12 de septiembre de 2020

LOS DURMIENTES





LOS DURMIENTES

Levantarse después de haber dormido lo inimaginable y sentir que el cuerpo ha soportado tanta rigidez sobre las espaldas. Descansar como si se tratase de un ataúd pero con sorpresa final. Encontrarme solo mientras en resto de mis acompañantes han decido tener un sueño perpetuo. En una palabra que se han ido al otro mundo, sin ni siquiera haber tenido la oportunidad de despedirse.  Estoy demasiado lejos de casa para pensar como se ha llegado a esta situación. Lo primero que piensas es si habrá supervivientes, que otros como tú han tenido la misma suerte de sobrevivir. El problema que mis piernas no respondían a mis deseos, estaban totalmente paralizadas. Poco a poco haciendo un par de movimientos no muy bruscos conseguí moverlas, eso si, no lo hice al momento, tardé unas cuantas horas para ni siquiera mover un dedo insignificante

Lo peor no era eso, sino que me había entrado una sed tremenda que cada vez sentía que se me iba la energía. Me habían enseñado a no tener miedo y afrontar los retos que me fuera encontrando, ahora mismo solo deseaba encontrar algo de líquido. Arrastrarme por el lugar como pudiera y encontrarla lo antes posible.

Lo única que iba encontrando era horrible. Cadáveres por todos lados. Sus rostros desfigurados y quemados de una manera cruel. Entonces me preguntaba porque no me había pasado lo mismo, cual sería el motivo de que pese a no poder moverme en cambio mi piel estuviera totalmente intacta. Cuando creía que lo único que me quedaba era morir encontré otro superviviente como yo. Su estado era peor que el mío pero lo mas importante que tenía en su brazo una bolsa repleta de agua.  Al encontrarnos no dudamos en darnos un abrazo y preguntar que había pasado. Por entonces mi movilidad había mejorado mucho. El chico que se llamaba Bernard no dudo en compartir su agua pero advirtiéndome que la procedencia era gracias a su cuerpo, en una palabra era orina transformada en agua. Eso no me importó porque mi desesperación era tanto que me daba igual de donde viniera. En cuanto mi movilidad se fue recuperando pudimos recorrer el lugar en busca de provisiones. 

En un cuarto encontramos comida para un par de meses, serían más si las aprovechábamos al máximo. Hacíamos turnos y no comíamos demasiado solo lo necesario.
Las circunstancias eran las siguientes: Habíamos estado durmiendo años en unas cápsulas espaciales. La memoria nos fallaba en los primeros días, supongo que serían unos efectos secundarios que no podíamos evitar. En cuanto fuimos indagando en busca de información encontramos las respuestas que necesitábamos.

Nos encontrábamos en una nave enorme plagada de unos 100 habitantes, de 100 personas solo hemos sobrevivido dos.rumbo a un destino que haría historia en la humanidad. Habíamos sido seleccionados por nuestras condiciones, no voy a negar que algunos de nosotros teníamos más ventajas que otros para sobrevivir a la travesía. Habíamos sido retocados genéticamente. Éramos superiores y teníamos más posibilidad de llegar con vida al objetivo final.  Pese a ello sabíamos que era un destino difícil de lograr. Creo que Bernard y yo que estemos vivos ha sido algo inesperado. Lo previsible que hubiéramos muerto todos.

¿Ahora qué? Acabamos el viaje o volvemos. Ójala pudiéramos responder esa pregunta con algo de esperanza. La nave ha quedado dañado y lo único que hacemos es flotar por el espacio. Tenemos a la vista al planeta Marte pero no podemos acercarnos a él. Los trajes protectores se han dañado. Si conseguimos aterrizar a Marte, luego nos encontraríamos con la radiación del planeta. Espero que el resto de naves hayan podido llegar hasta allí para crear la primera colonia marciana con terrícolas pero viendo nuestro destino dudo que alguna nave haya sobrevivido al viaje. Nos prepararon para morir pero no de esta manera tan cruel, viendo el planeta de destino ante nuestros ojos y no poder ni siquiera acercarnos. Pronto se nos acabará el agua y el oxígeno ,las provisiones nos mantendrán con vida pero no evitará nuestro fin.

Suerte que he encontrado a un compañero para compartir nuestra agonía. Pero sé que pronto me abandonará. Él no ha tenido la suerte de tener unos genes mejorados como yo. Sus huesos se irán deteriorando. Su masa ósea será cada vez menor. Veré como se irá apagando hasta llegar a ser un esqueleto viviente.  Prefiero no pensar y que al menos este tiempo juntos podamos escribir una gran historia. No podremos mandarla a nadie, solo tirarla hacia las estrellas.  Celebrar que cada día es un regalo y disfrutarlo al máximo. Firmado los durmientes

Escrito por Sandra Barrachina 

Mi libro Despierta, Julia ya a la venta en Amazon 



Disponible en Amazon. En tapa blanda y

gratuito con kindle unlimited.

Aquí el link del libro:
http://xurl.es/c6xse

#PremioLiterario2020


0 comentarios:

Publicar un comentario