Paula era una niña que tenía que ir a visitar a su abuela al
hospital porqué se había puesto muy malita. Se levantó con mucha desgana y no
tenía ganas ni de caminar.
Era el momento de ir hasta la parada de metro más próxima a
su casa. Bajó las escaleras, que se le hicieron eternas, hasta llegar a un
vestíbulo donde había un joven que vendía libros.
El padre preguntó:
-¿Paula quieres un libro para leer?
La niña contestó
- Me parece bien pero me lo eliges tú.
EL joven vendedor no dudo en dar su opinión.
-¿Quiere que le recomiende uno?, este de aquí es muy
mágico, le gustará
El padre sin dudar demasiado aceptó la recomendación.
-Toma Paula ya tienes libro para leer durante el viaje.
En el anden solo tuvieron que esperar a que llegara el tren.
Paula se sentó y le entraron ganas de comenzar a ojear el
libro que tenía en sus manos. Se titulaba
“ Viaje a la quinta dimensión”.
Curioso el título. Pero, lo que no iba a imaginar que en cuanto lo abriera el
mundo que tenía a su alrededor iba a cambiar. El vagón cambio de un aburrido blanco a ser un púrpura de
lo más variopinto. Los pasajeros que estaban hipnotizados pegados a sus
pantallas de móvil pasaron a convertirse en acróbatas y dando volteretas por
todo el vagón.
Otros se convirtieron en magos que no dudaron en hacer algún
truco delante de los ojos de la
niña. Provocando una sonrisa que no parecía que tuviera final.
El padre mientras no entendía el cambio de humor de su hija,
simplemente porque el entorno no había cambiado para él.
En cada nueva parada, la emoción de la niña iba en aumento.
En cuanto abrían las puertas nuevos seres maravillosos entraban en escena. Animales que
parecían de otros mundo con colores vivos y con ganas de entretener a la niña.
En cuanto cerraba el libro ese mundo desaparecía pero en
segundos Paula no podía evitar volver a abrirlo. El padre mientras a su lado no
comprendía nada pero era feliz por ver que se lo estaba pasando tan bien.
Faltaban pocas paradas para llegar y tuvo que cerrar el
libro. La cara de la niña volvió a cambiar. La alegría se volvió a esfumar.
Abandonaron el vagón rumbo a la salida. A unos 100 metros se encontraba el
hospital. Entraron y tras subir un par de pisos en ascensor llegaron donde se
encontraba la abuela.La niña no dudo en darle un buen abrazo a su abuela y
desearle que se pusiera buena pronto.La abuela le respondió con dos besos que resonaron por toda
la habitación.
El padre decidió ir a por un café a la máquina, Paula lo
aprovechó para enseñar el libro mágico a su abuela y explicarle su viaje.
-¡Abuela, mira que libro tan chulo!
-La portada es muy bonita. La quinta dimensión. ¿Seguro que
cuando lo abres el mundo cambia verdad?
-¿Cómo lo sabes abuela?
-Porqué cuando fui niña también me regalaron uno. Solo los niños pueden disfrutarlo. Al
hacerte mayor el toque mágico desaparece.
-Ahora entiendo porque papá no reaccionaba.
-Según me explicaron el libro pertenece a la quinta
dimensión. Un duende muy travieso se los dejo sin querer . No los ha podido
recuperar y ahora los niños los pueden disfrutar
-¿Porqué solo los niños pueden verlo?
-No se sabe el porqué. Pero mientras puedas disfrútalo.
-Eso haré abuela. Me esperaré a abrirlo en el viaje de
vuelta a casa que ahora quiero
seguir charlando. Te quiero abuela
-Yo también te quiero princesa.
El padre volvió de la máquina del café.
-¿Me he perdido algo?
Relato para el concurso de TMB 2019
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