Mi querido Bus 40 han decido que dejes de existir. Un bus
que ya estaba desde que nací y que fue el primer transporte que llegaba a Sant
Andreu, un barrio que para entonces
para llegar era todo un
peligro cruzar por aquel puente que era todo menos seguro. No porque se cayera
sino porque una de cada tres veces te robaban.
La llegada del bus fue una alegría inmensa y más todavía
cuando años más tarde nos ponían
la línea lila de metro, nos daba igual que la pusieran como al tinky winki,
mira la cara de teletubbie que se te quedaba cuando sabías que no tenías que
volver a coger el metro en la Sagrera.
Pero la vida ya no será la misma porque han decidido
jubilarte , te ha salido un hermano llamado D40 pero ha cambiado de barrio, se
nos ha convertido en Pro.
Menudo las gasta que se ha ido al Guinardó..
Subirse al 40 era una aventura porque la verdad nunca sabías cuando iba a venir.
Podías tirarte una hora entera en la parada. Sobretodo los
fines de semana , porque llegabas a pensar que era un bus fantasma. Si tenias
compañía podías marcarte unos cuantos monólogos hablando del tiempo. O
preguntarte “ Si que tarda este autobús. Debe ir a pedales”.
Yo creo que tardaba tanto que hasta te salía novio y cuando
llegaba te habías casado y todo. Los niños bueno llegarían después.
No estoy preparada para los cambios y menos ahora tener un bus con un nuevo nombre molón V31 , que pasará cada 8 minutos. Se han cargado mi vida social y sin avisarme. No tienen perdón.
Pues eso, que te echaré mucho de menos jodio 40 que ahora
viviré rodeada de paradas de bus cada 50 metros, que gracias a los carriles
bicis parecen plataformas
espaciales. Que en cualquier momento me abducen
fijo. Pero eso si, que sea un guapetón kryptoniano.
Escrito por Sandra Barrachina
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