Barcelona una ciudad hermosa. Por lo menos estaba en ese
momento de querer comerse el mundo. Las noticias anunciaban obras y más obras,
se preparaba algo grande.
Era el momento de que la ciudad se abriera al mar, que
cambiará y nacieran nuevos barrios.
Recuerdo la zona donde está ahora mismo ubicado el diagonal
mar hasta llegar a los dos rascacielos de la ciudad, mucho antes de construirse
la famosa Torre Agbar que vino después.
No había nada por entonces, solo descampados y hierbas. Era
una explanada grande. Tan grande que podían caber unos cuantos campos de
fútbol.
Era el comienzo de los centros comerciales, Nacía Glorias y
por entonces no tenía competencia alguna, y los Icaria Yelmo, que sin duda se
convirtieron en mi segunda casa, 15 salas donde se podían ver películas en
versión original subtituladas y encima cerca de casa, era un regalo para mis
ojos.
Mi barrio seguía deseando una línea de metro para poder
estar mejor comunicado con la ciudad. Mis padres y vecinos no cesaban de salir
a las calles, yo solo recuerdo que esas manifestaciones significaban fiesta con
mis amigos. Mientras los padres levantaban pancartas, los niños jugábamos sin
cesar.
Mi parada de metro más cercana era (La Sagrera) y para llegar hasta ella tenía que pasar por
el puente del trabajo, que a día de hoy ha dejado de existir. Era un puente que
unía los barrios de Sant Martí y Sant Andreu. Muchas historias se podían
explicar de ese puente. Sólo recuerdo que hubo una época que daba autentico
terror pasar por allí. El miedo a que te atracaran era muy habitual. Por suerte eso ha cambiado.
Pero como siempre pasa, todo cambió para bien. Construyeron
un nuevo puente que sin duda es uno de los más filmados, Puente de Calatrava en
Bac de Ronda, sobre todo los anuncios de coches. No tenías que ser muy listo
para saber si iban a filmar. Cuando veías a gente pintando y quitando graffitis
lo hacían.
Ese mismo puente que en unos instantes iba a pasar la
antorcha Olímpica, y si, al día siguiente era mi cumpleaños.
Cumplía 14 años y la ciudad iba a hacerme el mejor regalo
del mundo. Unas Olimpiadas. La ciudad estaba ilusionada y yo lloraba de la
emoción. Eran momentos que siempre recordaré y que me han acompañado.
Tuve que ver la ceremonia desde mi televisor pero no
importaba porque todo era una fiesta.
En mi tocadiscos no podía faltar aquel disco recopilatorio
que todavía guardo. Con canciones desde madonna
hasta freddie mercury y su Barcelona con Montserrat Caballé. Se llamaba Barcelona Gold y sigue siendo una
delicia escucharlo. Una pena que Freddie
Mercury no pudiera cantar en la ceremonia, porqué nos dejó antes de tiempo,
pero ese Amigos para siempre , compuesto por el gran Andrew LLoyd Webber, y
cantando por su ángel de la música Sarah Brigthman, dueto con Josep
Carreras, todavía me sigue poniendo los
pelos de punta.
La versión de la canción de los Manolos no podías dejar de
tararearla y sobretodo bailarla.
Llegaba la hora de los Para-Olímpicos y ahí fue donde
realmente disfrute como una enana.
Ir en metro hasta plaza España era todo un espectáculo. La
ciudad entera se movía para disfrutar de unos atletas que lo daban todo. El
estadio Olímpico, las Picornell, EL Sant Jordi eran los lugares donde
disfrutábamos como nunca.
Fue una época muy feliz donde la palabra metro significaba
poder disfrutar de los que nos gustaba. Nos facilitaba poder desplazarnos y en
unos años disfrutaríamos de una nueva línea.
La línea 2 estaba a la vuelta de la esquina. No tendría que
desplazarme hasta la Sagrera para
moverme por la ciudad. Tener la parada a
cinco minutos de casa, eso sí que era un
sueño.
El año 92 siempre será bonito recordarlo. Miles de Perros y
gatos tenía un nuevo nombre, Cobi y algún que otro canario, que yo también no
pude resistirme.
Los mejores juegos de la historia se sigue oyendo pero la
verdad lo bonito fue que durante esos meses la ciudad se volcó al máximo.
Poniendo el corazón y el entusiasmo. Miles de voluntarios que disfrutaron de
unos juegos Olímpicos que tanto había costado celebrar.
Que antes de eso , todo el mundo pensaba en el fracaso y que
no serían capaces de llevarlo adelante. Pero se equivocaron. A día de hoy no ha
habido ningún acontecimiento que uniera tanto
a la gente. Ahora con tanta lucha política y sufrimiento en el mundo.
Con tantas divisiones ese espíritu se ha ido perdiendo.Ahora la palabra unión
tiene demasiada política y poco corazón.
Lo dice una que nació en el año de la constitución y que
cumplió 14 años cuando se celebraban unas olimpiadas.
El mundo se ha convertido en menos humanos y más autómatas
por culpa de la tecnología.
En el 1992 no había ni móviles ni faceboock, y lo que bien
que nos relacionábamos. Sólo ilusiones por el cambio. Por una ciudad que quería
aprovechar unas olimpiadas y crecer.
En mi barrio aporto una nueva línea de metro y eso cambio
completamente un barrio que había vivido sus propias olimpiadas y que por fin
había tenido su recompensa.
25 años se cumplirán
este año de esa celebración significará para mí tener un cumpleaños de
lo más especial. Felicidades Jocs
Olímpics. Que el espíritu de esos juegos
no me abandone nunca.
©Sandra Barrachina
0 comentarios:
Publicar un comentario