https://www.facebook.com/SbarrachinaEscritora
https://www.facebook.com/SbarrachinaEscritora
Un hombre llamado Jack se adentra en la frontera entre dos territorios, sin saber si debe seguir avanzando o regresar al lugar donde lo ha perdido todo. Solía ser el sheriff de aquella ciudad a la cual no deseaba volver, convencido de que cruzar la frontera solo lo convertiría en alguien que no era.
Hubo un tiempo en el que Jack era feliz siendo el sheriff de una hermosa ciudad. Era un lugar de paz donde reinaba la justicia, y todo parecía demasiado idílico para ser real. Aunque pudo formar una familia, siempre supo que su profesión podía arrebatarle la vida en cualquier momento. Él y sus hombres protegían y cuidaban la ciudad, pero todo cambió con la llegada de un ser despreciable llamado Carlos el temible.
CARLOS EL TEMIBLE
¿Quién hubiera imaginado que aquel niño dulce y entrañable terminaría convirtiéndose en un hombre despreciable cuyo único interés era el dinero? No le importaba derramar sangre para lograr sus objetivos y desconfiaba de todos. Su infancia fue devastadora y dura, con unos padres que usaban a sus hijos como si fueran una mercancía. Los utilizaban para sus malos propósitos, delinquiendo por las ciudades y robando a transeúntes y todo lo que encontraban. Cuando en una pelea perdió a uno de sus hermanos, su corazón cambió para siempre. No pudo superar la muerte de su hermano y siempre lo tendría presente. A partir de ese día, se prometió a sí mismo no confiar en nadie y abandonar a unos padres que nunca le habían mostrado cariño. Su hermano mayor solía llevar a cabo los robos mientras él esperaba o vigilaba. Lo protegía porque era el hermano mayor. Al encontrarse solo, no tuvo otra opción que tomar su propio camino, lo cual lo llevó a un mundo devastador. A pesar de liberarse de sus padres, sus futuras compañías no le proporcionaron paz, sino que lo sumergieron en un mundo oscuro sin aparente salida.
Su corazón se fue volviendo negro y oscuro, incapaz de sentir compasión por ningún ser humano. Arrasaba pueblos y ciudades sin mirar atrás. Su último pensamiento era conquistar un lugar que parecía demasiado idílico. El sheriff había logrado mantener la paz en su territorio, lo que lo convertía en un objetivo apetecible de conquistar. No solo deseaba saquear y robar, sino también quedarse allí durante un buen tiempo, convirtiéndose en el amo y señor del territorio.
Cada mañana, Carlos se levantaba con el primer pensamiento de empuñar su pistola con empuñadura de oro y salir galopando hacia el territorio, con los ojos inyectados en sangre. Sus secuaces lo seguirían con las mismas intenciones, siendo leales a su amo y dispuestos a hacer cualquier cosa por él, incluso si eso significaba perecer en el intento.
Se encontraba en la entrada de la ciudad rumbo al banco, pero unos ojos lo vigilaban desde la distancia. Mientras tanto, el sheriff mantenía sus ojos fijos observando a los nuevos forasteros, sin saber que venían con tan malas intenciones. En cuestión de segundos, se encontró en medio del camino, disparando con sus armas en alto. Disparo tras disparo, descargó toda la munición que tenía en el revólver. La población corrió en busca de refugio, temiendo por sus vidas, como si no hubiera un mañana.
La mayoría de los que asaltaban bancos lo hacían sin llamar tanto la atención, pero estos forasteros querían hacerlo a lo grande. Agotados, sintieron sed y decidieron dirigirse a la cantina más cercana para tomar unos cuantos barriles de cerveza. Luego, tomaron posesión de una pequeña casa, echando a los dueños de la misma. Carlos el temible había llegado y la guerra por el territorio había comenzado.
Al día siguiente los bandidos y su jefe estaban atrincherados. Cada uno de ellos vigilantes observando por las ventanas.
Mientras nuestro sheriff agotado por pasar la noche en vela no podía dejar de pensar en su esposa e hijos. Había traspasado la frontera y había vuelto al lugar de tan horrible desenlace pero antes de las muertes la vida era muy distinta.
AINHARA
Empezar de cero en otro lugar nunca es fácil. Mucho menos si no hemos tenido más remedio que huir de un hogar donde no se te respetaba. Tu mentalidad era muy diferente que la de otras mujeres. No te dejabas dominar. La mayoría de esposas o hijas eran sumisas ante los hombres. No tenían voluntad propia. No podían pensar por sí mismas. Ainhara era demasiado rebelde para consentirlo. Una noche, mientras todos dormían, no dudó en marcharse. Dejaba un hogar donde sus hermanos y padres no la dejaban respirar. Su madre sabía que tenía razón, pero no se atrevía a decir ni hacer nada. Eso sí, antes de dejar el lugar, dudó en montar en su caballo favorito y tomar el poco dinero que tenía ahorrado, que prácticamente no era nada. Cabalgó decidida sin mirar atrás. En su camino encontraría grandes peligros, pero su fortaleza mental la hacía seguir sin mirar atrás.
Un día, mientras cabalgaba, conoció a un hombre. Había sido herido en una pierna y descansaba cerca de la orilla del río. Ainhara preguntó si podía ayudarlo y el hombre no dudó en dar su consentimiento. Sabía que si no le sacaban la bala que tenía incrustada en su pierna, no sobreviviría mucho tiempo. Tenía miedo de desmayarse y no volver a despertar.
-No sé si seré capaz de hacerlo. - dijo Ainhara.
-Seguro que lo harás bien. - respondió el hombre.
-¿Confías en mí, si acabamos de conocernos? - preguntó ella.
-No tengo otra opción. Hazlo.
Ainhara volvió a su caballo y de una de las alforjas sacó una botella de licor.
-Toma, te ayudará con el dolor. – Le ofreció la mujer.
-No suelo beber, pero habrá que hacer una excepción. - aceptó el hombre.
El hombre cogió un palo y se lo metió en la boca. Ainhara, cuyas manos le temblaban, hizo la incisión y con mucho esfuerzo sacó la bala. Él, debido al dolor, acabó desmayándose. Ainhara volvió a su caballo, tomó unas vendas que tenía y las utilizó para vendar la pierna del hombre. Cuando él volvió en sí, lo cubrió con una pequeña manta.
Durante toda la noche, Ainhara veló al hombre desconocido. No quería abandonarlo. Cuando llegó el amanecer, pudieron hablar con tranquilidad de sus vidas y de cómo habían llegado a esa situación.
-¿Todavía no me has dicho tu nombre? - preguntó el hombre.
-Mi nombre es Jack.
https://www.facebook.com/SbarrachinaEscritora
En un petit poble, d’aquells que caminar pels seus carrers et feia transportar a temps passats, mai t’ imagines que aquell paisatge tan idíl·lic i tan tranquil es tornés amb una sensació de por i solitud.
Martina era una nena feliç que viatjava en cotxe amb els seus pares i al seu germà petit.
Estaven a punt d’arribar a la gran ciutat. Era el seu aniversari i coincidia amb les festes de nadal. Dins del cotxe, conversaven amb la mare de les coses que veuria a la ciutat, mentre el pare conduïa i s’emocionava al veure la il·lusió de la seva filla. El destí va voler que es trobessin amb un altre cotxe que anava fem corbes i el conductor no va evitar la col·lisió que amb tanta violència que els pares i germà van morir en l’ acte.
La mare per protegir a la seva filla amb el seu cos, li va salvar la vida. El petit no va tenir tanta sort. Martina va quedar òrfena en segons i el seu món de felicitat es va transformar en un món obscur i ple de tristesa.
Un any després Martina vivia en un orfenat. Un lloc trist i on la nena havia decidit no pronunciar ni una paraula. El pati, per a ella, era un lloc on no volia estar. Preferia quedar-se a la habitació on eren tots els llits i posar-se a llegir, sense que li molestessin ni les cuidadores ni els altres nens que eren orfes com ella. Es sentia buida per dins. S’havia aïllat i semblava que això no tenia intensió de canviar. Era una nena solitària que no volia companyia de ningú, només ella es suportava.
Una de les cuidadores que es deia Irene intentava animar-la, però de moment no ho havia aconseguit. Va ser ella qui va aconseguir que Martina agafés un llibre i que fossin els seus tresors particulars. Quan Martina acabava un llibre, hi anava on era Irene i li donava un copet al braç que la cuidadora interpretava que el llibre ja l’havia acabat, i que volia un altre. Irene, encantada de donar-li, i sempre intentant que la nena digués una paraula.
Un dia Martina es va desvetlla del soon, i va sortir al pati del orfenat. Només portava el pijama i el seu cos tremolava mentre caminava. Havia sentit un so molt estrany i volia saber què era. Quan més caminava, més s’acostava al culpable que emetia aquell soroll. No tenia por, només curiositat. En un dels costats del pati que mai ningú hi anava, va trobar un forat a la paret del orfenat. Al ficar el seu cap, va descobrir un gos que, en veure a la Martina, es va posar molt content, movia la seva cua sense parar. Era un gos de color marró i amb cara de simpàtic. El gos i la Martina es van caure bé i els següents dies aquest pelut tan simpàtic va tornar a fer la visita a la mateixa hora i va rebre un premi en forma de sobres del seu menjar.
Tots els dies, Martina compartia el seu menjar mentre la seva actitud havia canviat totalment. Les cuidadores no entenien res, com era possible que tornés a somriure després de tants anys. Només faltava que pronunciés unes paraules per deixar les cuidadores impressionades pel seu canvi. Doncs, Irene que tenia curiositat, va vigilar els moviments de Martina. Es va donar compte que per les nits deixava el dormitori per anar un lloc. En veure la imatge del gos amb la nena, va comprendre que era el responsable del miracle. Aquella nit no va fer res la cuidadora , però al dia següent es va acostar on eren i els va sorprendre.
-Martina , que hi fas aquí? – va dir amb un to amable i suau per no espantar a Martina- Qui és al teu amic?
Martina pronuncia la seves primeres paraules.
-No diguis res, és el meu amic- va dir Martina amb molta por.
-No et preocupis- deia al mateix temps que veia el miracle de sentir la veu de la nena.
-El tinc que cuidar, només em té a mi!- repetia Martina una vegada i un altra.
-Farem això , sempre que vinguis a donar-li de menjar jo t’acompanyaré, et donaré menjar perquè li donis al teu amic. No vull que treguis del teu. Et sembla bé?
-Sí, em sembla bé- va respondre Martina que confiava amb les paraules d’ Irene.
Martina només parlava amb Irene, ni amb els altres nens ni les altres cuidadores continuava muda.
El secret del pelut tenia entretinguda a Martina, però un dia el gos no va venir pel seu premi.
-Demà vindrà, ja veuràs- va dir Irene intentant tranquil·litzar a Martina que no parava de plorar.
Els dies passaven i Martina cada vegada més trista. No volia menjar. Volia estar sola. La seva tristesa la consumia i cada cop es notava més feble, que fins i tot li costava fer un pas.
Els cuidadors no sabien què fer. Irene va haver d’explicar el que passava en realitat.
Primer uns quants crits i després al comprendre que teníem que trobar una solució.
Van decidir anar a buscar el gos. Recorrerien tot el poble sense parar i amb l’esperança de trobar l’ animal viu.
-No hi ha sort. No hi és per enlloc- Va dir Irene que pensava en lo pitjor.
-No descansarem fins trobar-lo- Va respondre un altre dels cuidadors.
Un dels cuidadors va cridar – L’he trobat! l’he trobat!
Tots van saltar d’alegria, però aquesta noticia venia amb sorpresa. El gos en realitat, era gossa i acabava de tenir una camada de gossets. Irene va agafar una manta , una caixa i es van traslladar a l’orfenat. A una de les casetes de l’orfenat va deixar els gossets mentre Irene agafava en braços a la gossa i va anar a trobar a Martina, que quan va veure al seu amic pelut li va fer una abraçada que no s’acabava mai. Tornava a somriure i quan li van dir que era gossa li donava igual.
-Et diré Lluna – Va cridar Martina, que encara no l’havia posat un nom.
En un principi no estava permès que hi hagi gossos al orfenat , però veiem com afectava a Martina ho vam permetre, i més els altres nens estaven encantats. Cuidaven i jugaven amb el gossets sense parar. Eren mes feliços. Lluna dormia amb Martina totes les nits. S’estimaven moltíssim, però el gran final d’aquesta historia arriba ara.
Es un conte de Nadal , doncs el nostre final comença en la nit de nadal. Quan una parella està a punt d’arribar al orfenat. Venem a adoptar una nena, i la Martina es una de les candidates. Al dir-li la noticia, Martina té por de separar-se de la Lluna.
-Cuidarem de Lluna – deia Irene que el que volia que Martina trobés una nova família.
-Si no ve Lluna amb mi , jo em quedo a l’orfenat que escullin un altre nena.- replicà Martina que molt tossuda no volia separar-se de la seva gossa que la considerava la seva família.
-Parlaré amb la parella i a veure que es pot fer- va intentar calmar Irene a Martina amb les seves paraules.
Irene va tornar amb bones noticies. Després de parlar amb la parella del problema de la gossa, van comprendre que no podíem separar-les. Sobretot quan van veure pel seus propis ulls el vincle que tenia la nena al observar-la jugant amb la Lluna al pati del orfenat.
Els gossets es van quedar al orfenat i la Martina va marxar després d’una gran festa de comiat. Aquell nadal, Martina va tornar a tenir una família. Mentre la nova mare li contava un conte al costat del arbre de nadal , el nou pare li posava una manta perquè no passes fred. Lluna dormia al costat de la Martina. No feia falta que passes res més. Era perfecte. Bon nadal.
https://www.facebook.com/SbarrachinaEscritora
En una petita vila on gairebé no passa res, en Pol estava a punt d’heretar el rellotge del seu avi. Un home aventurer que havia recorregut el món moltes vegades, en vaixell, en avió i a cavall. Mai estava quiet al mateix lloc. Li dèiem el Willy Fog de la comarca. El millor de tot era que sempre que veia al seu net Pol, li relatava cada una de les seves aventures.
Pol estava molt trist sense al seu avi, el trobava a faltar. Tenir l’oportunitat de tenir el seu rellotge que ell el considerava el seu tresor. Una relíquia que sempre el faria recordar.
El que no s’imaginava que aquest objecte podia tenir poders màgics. No només marcava l’hora, sinó que també et donava l’oportunitat de viatjar en el temps durant cinc minuts. És poc temps, però us podeu fer una idea, viatjar a una època concreta i fins i tot al futur.
L’idea sona increïble. Pot ser us pregunteu per què cinc minuts? Doncs, perquè en cinc minuts no et dona temps de fer cap canvi transcendental en el temps que pugui afectar al present o al futur. Els científics creuen que es pot viatjar en el temps. Existeix la teoria de cordes o mons paral·lels, tot i que encara no s’ha demostrat. En aquesta historia, un rellotge ho ha fet possible i ara toca que el Pol s’assabenti i ho provi.
Juntament amb el rellotge, venia un petit llibret on explicava tota la història, des de la seva fabricació a França fins que un avantpassat del seu avi el va portar a Catalunya. També explicava tot el funcionament per viatjar a través del temps. Quan Pol ho va llegir, no sabia si era una broma o realment era veritat tot el que deia. La millor manera de saber la veritat era fer una prova.
Les instruccions eres molt clares: marcar en el rellotge el dia que volies viatjar i la data, i dir-ho en veu alta. Una paraula. Va posar 20 de juliol de 1969 i va dir la paula “Lluna”. El rellotge va començar a fer soroll, i Pol es va desmaiar. Quan va despertar, estava en la seu de la Nasa. Amstrong estava a punt de dir la seva llegendària frase “ És un petit pas per un home però un gran salt per la humanitat” Ho va escoltar en directe en el millor lloc possible. Cinc minuts després, va tornar al present, però eufòric per la experiència.
“ostres”, no parava de dir.
Pensava on podia viatjar a continuació. Abans de fer-ho va agafar un tros gran de paper i va començar a escriure un llistat enorme de llocs per visitar. Va omplir tota la fulla per les dues cares. Quan va tenir clar on aniria a viatjar. Primer va anar a l’època on van construí les piràmides d’Egipte. Concretament a la de Giza. Va anar al renaixement i va veure com Leonardo Da Vinci pintava la Mona Lisa o com Miguel Angel creava al seu David. Això va ser al principi. Després va arribar un moment que es va cansar de tant viatjar. Tot i que era molt emocionant, es va adonar que gràcies al seu avi havia fet aquest descobriment de viatjar en el temps. Ho trobava a faltar i no havia pensat en fer-li una visita, ara que tenia la oportunitat de veure’l amb vida ho havia d’aprofitar.
Al dia següent va agafar la màquina del temps i va dir “avi. Quan el va veure el seu avi, li va donar una abraçada i li va dir “ t’estimo avi” només tenia cinc minuts però ho va aprofitar bé. L’avi li va dir que “sempre que ho necessiti sempre estarà a través del temps”.
La seva vida havia canviat ara tenia un rellotge màgic. Havia de ser responsable i utilitzar-lo de manera intel·ligent. Quan va fer-se gran, el rellotge passaria a la següent generació.
L’ imaginació d’una nena es molt màgica, però al mateix temps pot està plena de perills.
Tenir 10 anys no es fàcil. Dona la casualitat que la Lídia no sap lo què és tenir els seus pares al costat. Viu amb les seves tietes en una casa ben lluny de la ciutat. Els pares sempre són a altres països treballant com bojos. Es veuen a vegades un cop o dos al any i fins tot pot passar un any sencer sense veure’ls. El pare s’obliga quin es el nom de la filla, la seva ment esta tan absorbida per la seva vida laboral que no té temps de pensar en ella.
L’ escola era el lloc preferit de la Lídia. Li encantava els seus companys, sempre la feien riure sense parar. Jugar a pilota, fer amagar o córre pel pati regalava moments perfectes que desprès recordaria la resta del dia.
Era una nena molt imaginativa que a vegades s’oblidava de la realitat. En una excursió a un bosc es va perdre. Lídia anava tan ficada en el seu món imaginari que es va desorientar.
Els nens i la professora la cridaven sense parar, però no obtenien cap resposta.
Estaven amoïnats i ja no sabien què fer per troba-la. En canvi ella estava tranquil·la veien els animalons del bosc sense pensar en res més. Sort que portava un entrepà ben gran i va poder donar-li un bon mos.
Quan es va adonar que estava perduda en el bosc va començar a posar-se nerviosa. Començava a cridar, però no servia de res. Van passar hores i l’únic que va fer es asseure’s a terra i començar a plorar. Uns ocells es van apropar on era ella i per art de màgia van començar a parlar. Un Ocells que parlen? No es molt normal, però penseu que si alguna vegada teniu por, segur que la ment agafa qualsevol idea per fer que aquesta por se’n vagi.
Els ocells tenien el poder de concedir desitjos i li van dir a Lídia quin desig volia demanar.
Ella ho tenia clar. Vull tornar a casa. Veure a les meves tietes i als meus companys i als meus pares.
Simultàniament els pares de la Lidia havien arribat a l’escola conjuntament amb les seves tietes. Pensar en la possibilitat de no tornar a veure a seva filla els va fer reaccionar.
Van agafar llanternes i van anar cap al bosc.
Al bosc als ocellets fèiem companyia a la Lídia fins que li va entra la son i els ulls li van tancar poc a poc fins a quedar dormida completament.
De sobte unes llums la van despertar seguit d’uns crits intensos. Primer es va espantar i va sortir a amagar- se al primer arbre que va trobar, però desprès de veure cares conegudes es va posar ben contenta. Tietes! , Pare, Mare! Sóc aquí- va cridar la Lídia.
La reunió va ser meravellosa i els pares des d’aquell dia li van prometre que no es separarien mai. Que tot seria diferent a partir d’ara. Les tietes ben contentes per veure el nou pla. La nena ja no viuria amb elles, però vindria sovint a veure-les. Reunions familiars plenes d’ històries , i una en particular la del Ocells màgics que van fer realitat el desig de la Lídia de tornar a casa.
Escrit per Sandra Barrachina
https://www.facebook.com/SbarrachinaEscritora